Mira, he transformado todos mis sufrimientos en gasolina y estoy viendo como crecen las llamas del incendio que está arrasando mi pasado. Todo se está quemando. Todo está ardiendo mientras sonrío con nostalgia.
Mis cicatrices son cenizas pactadas con un aire inmóvil. Este incendio es el que le está dando luz a todo mi presente,
a la misma vez que está apagando todo lo que me impidió brillar.
Mírame, también me estoy ahogando, parte de mi oxígeno se está marchando con todos mis recuerdos. Pero sigo de pie, mirando de frente como suben las llamas cada vez más y más.
Otra parte de mi está muriendo y yo soy la asesina y la víctima. Me estoy dividiendo a medida que se multiplica el fuego. Mi pasado me grita mientras empiezo a darle la espalda, pero me es imposible mirar hacia atrás una última vez.
Mi incendio se va desvaneciendo poco a poco mientras que mi pasado está desapareciendo ante mis ojos. Me estoy sintiendo tan fuerte que podría atravesar despacio mis propias llamas.
Cada vez huele menos a fuego y más a vida.
Hay algo en mi diciéndome que mire hacia atrás una última vez.
Retrocedo.
Vuelvo al lugar del crimen.
Miro con lágrimas todas las sonrisas que tuve en mi pasado, todos mis miedos, lo que me hizo daño, lo que nunca pude perdonar y lo que nunca me perdonaron.
Me cojo en brazos mientras soplo yo solita mis propias cenizas.
He arrasado conmigo.
Soy una asesina meciendo a su víctima, mientras le cuento que nunca quise terminar así con ella, que hice todo lo posible por continuar hacia delante mientras cargaba todo mi pasado a espaldas. Que lo que me he hecho ha sido estrictamente necesario y algún día, vida mía, me lo agradecerás.
Beso por última vez a mi pasado, me lloro lo que me quedaba por llorarme y me pongo flores blancas.
Vuelvo a estar de pie.
Nunca me despedí de mi y hacerlo me ha hecho conocer el único placer de mi propio dolor.
Comienzo a caminar de nuevo de la mano con mi presente mientras observamos a lo lejos un futuro que sonríe.
Me pregunto si el pasado resurge de las cenizas. Si es inmortal o no. Si el dolor que he vivido se reproduce una vez que haya dolido. Si todo realmente acabará volviendo o no.
Pero si eso ocurre, para entonces, nada de lo vivido en mi pasado podrá superar todo lo que estoy dispuesta a vivir en mi presente.
Ahora mi vida debe ser un golpe de suerte porque estoy llena de arañazos que tapan cada una de las cicatrices que tenía de mi pasado.
Maldita dulzura
Yo no debería estar escribiéndote. Ni tú deberías enterarte de que lo hago.
Me he confundido.
Cometí el error de cometerte aun sabiendo que otra ya te cometía.
Acaricié tu vida sin manos, porque las tenía debajo de tu cintura. Incluso follándote ya te echaba de menos aun haciéndome la dura. Por un momento pensé que no estaba en el cielo y si en tu cama, (y menos mal) que el cielo no es tan bonito como lo pintas, sin antes mirarte en el espejo el alma.
He de decirlo, por eso escribo.
He de hacerlo, por eso borro.
A mi me gustaba hacerme el amor justo cuando me dejabas en mi casa, porque era la única manera de pensar que, aun seguía en tu cama sin hacerme la dormida, pero si tu engañada. Odio escribirte más aun la primera vez que te escribo,
porque me doy a entender que esto de compartirte con otra está teniendo sentido.
Me has perdido porque me he encontrado. Pero me he encontrado porque entiendo que del juego al sexo no hay sólo un paso, que también hay amor. Y esto es lo que más me jode; Que no sólo amores reñidos, que amores compartidos también son los más queridos.
Por muy alto y claro que te escriba, siempre será muy bajito y a oscuras cuando lo lea. Que no. Que no quiero que te enteres. Que no quiero ni enterarme yo. Que hacer como que no le escribo a nadie, debería de considerarse como un don.
Ya sabes; A mi eso de abrir las piernas sin cerrar primero el corazón no me lo ha enseñado nadie. Pero que no se te olvide, que yo también se quererme a partes iguales, y ojalá, un día de estos que no va a llegar, pueda quererte tan poco como me quiero yo.
Que compartir será vivir, pero nunca a una persona. Porque entonces no sería vivir. Sería morir.
Pero… Tienes una muerte tan bonita…
Keep you in the dark, you know they all pretend
Gracias.
Dos gotas
Tal vez la magia está en que nos quisimos a destiempo. Nos quisimos con ganas pero no supimos perdernos en ellas. Tú y tus ideas revolucionarias y yo queriendo revolucionar mi mundo contigo. Nos quedamos a medias, aunque nunca llegaste a arrancármelas.
No sé, tal vez la magia está en que nos quisimos a fuego lento y aun así nos acabamos quemando.
Me conformo con bailar un rato con la felicidad, cantarle un blues, meterle mano, que me de un toque… Empezar a asimilar, lo raro que es todo si no estás, andar así no hay bicho humano que lo enfoque…
The sun is gone, but I have a light
He estado ausente una temporada. Digamos que me ha pasado lo mismo que hace unos meses; tenía ganas de escribir (siempre las tengo, aunque parezca mentira) pero no me salían las palabras. Soy demasiado perfeccionista, y para escribir algo que realmente no me convence prefiero no escribir.
Estoy feliz.
Sí. Estoy muy feliz. No por nada en especial. Simplemente estoy orgullosa por la actitud que estoy tomando frente a ciertas situaciones. He necesitado encerrarme en mí misma para salir con más energía que nunca. Y no ha hecho falta que nadie me obligara a ello. Simplemente con abrir mi mente y escuchar los consejos de mi mejor amiga me ha bastado.
Por eso a día de hoy, gracias a ella y, sobre todo, gracias a mí, estoy muy feliz.
Gracias a ello intento ver siempre el lado positivo de las cosas. Intento disfrutarlas al máximo sin darle explicaciones a nadie más que a mí misma.
Sinceramente es algo que os recomiendo, vaya. Encerraos un tiempo en vosotros mismos y daos la oportunidad de conoceros realmente. Os aseguro que descubriréis cosas de vosotros mismos hasta antes desconocidas. Os aseguro que no encontraréis nada más placentero que el sentiros orgullosos de cómo sois en realidad.
Y finalmente quiero deciros que prometo estar más pendiente de esto. ¡Feliz verano (o lo que queda de él) a todos!
Y hablas para no oírme, y bebes para no verme
Ocurrió.
Y desde que ocurrió mis madrugadas te hacen poesía
Mi mente ha dejado de ser mía
Mis manos corren hacia ti porque dicen que quieren correrte
Mi hombro ha dejado de existir desde que no te apoyas
Por no hablar de mis uñas, que desaparecieron en el momento más inadecuado que escogiste para huir
Y qué quieres que te diga de mi espalda si se ha convertido en espada
¿Orejas? No, ya no. Ahora han bailado las palabras y son ojeras porque han dejado de escucharte
Lo cierto es que los ojos sigo teniéndolos. Pero, ya sabes, dicen que si lloras mucho se termina borrando el color
Mis manos… Es una lástima, desde que dejaron de rozarte se han convertido en hielo (como tú, para que lo entiendas)
Mis muñecas han dejado de llamarse así desde que se enteraron que la muñeca soy yo
Y no me hagas hablar de mi cintura porque desde que no hay locura no se cura
¿Y correr? Ni si quiera andan si no es para ir a buscarte; esas son a día de hoy mis piernas
Y claro, para no desvariar he dejado de tener pies desde que no vuelves a las diez.
Bueno, quien dice las diez dice las doce, cinco, nueve…
Días borrosos
Que yo la he visto abrirse los pulmones y dejar dos semillas dentro para que mueran. Que no, que no es lo que piensas
Que es pequeñita y cabe en un suspiro, y en un orgasmo, y en una risa, y en la arcada antes del llanto. Que no, de verdad que no. Que no es por sus manos brillantes, ni por la brisa de su pelo, que no tiene nada que ver que salpique con sus lágrimas.
Que no
Que no
Que no
Que jamás llamaría loca a una niña que no quiso crecer.
Solo quiero de ti
Él siempre estaba ahí pero sin hacerse notar. Como la espera de una llamada de alguien poco importante. Su voz se mecía en pentagramas completamente desconocidos para mí.
Yo, por aquel entonces, estaba imantada al recuerdo de un hombre tóxico. Siempre fui un imán que no pegaba en absoluto con el resto de la cocina.
Pero vino el músico con la música a atraparme. Cada vez que su mano derecha se movía vertiginosamente sobre las cuerdas de su guitarra, se desabrochaba un botón de mi blusa. Supongo que si me atraía tanto era porque no tenía una belleza obvia –siempre he aborrecido a los guapos de manual-. Había que leer su letra pequeña para acceder a su erotismo. Y decidí balancearme sobre todos y cada uno de sus acordes.
Acogí a los pájaros que volaban en círculos en su cabeza para que me enseñasen a volar a compás de su música.
Cuando su música empezaba a sonar algo en mi mente se despertaba. Podía sentir como que llamaban al timbre y era él. Entraba, se sentaba, me abrazaba y me decía con esa voz tan melódica que todo saldría bien…
Y perderme en brazos de quien quiera encontrarme
Quería pedir disculpas, ¿quién tiene?
Lo siento. Lo siento muchísimo. Espero que muchos de vosotros lo sintáis también. Solo sintiéndolo quizá podríais llegar a entenderme un poco.
No quiero unas disculpas aceptadas. Pero tampoco ser rechazada.
Pero perdóname tu. Sobre todo tú. Yo no puedo hacerlo. Sé mentirme de puta madre escribiendo aquí un «se acabó». Y volver a los días para escribir que no, que no te he olvidado, que sigo esperando a que un día me hables en singular o al menos no en plural refiriéndote a ella.
Te quiero feliz.
Te quiero, feliz.
Aunque sea con otra, pero sonriendo siempre. Por mí no te preocupes, ya me encargo yo de saber llevarme a otro sitio en el que no estés tú. Te prometo que no te pediré que me prometas algo, pero sí prometo que cumpliré aquello que ni si quiera me has pedido que te prometa.
Sigo pensando que aquello que nunca empieza suele ser lo que más dura. Y nosotros no estuvimos ni en el prólogo, por tanto espero no tener final, aunque ni si quiera tengamos principio (s).
Pero… ¿sabes? Siento constantemente esa necesidad que tienes de necesitarme algunas veces. Cuando de vez en cuando vuelves y nos pasamos horas y horas y horas mirando nuestra ciudad desde lo más alto. Hablando sobre cosas que no podremos pasar juntos, pero que disfrutamos cuando las imaginamos. Cuando me repites que ojalá nada fuese como es y yo te repito que ojalá todo fuese como los dos queremos que sea. O cuando me pides que no llore y yo que sonrías. Hasta que amanece y te veo dormido mientras tu móvil no lo hace con 18 llamadas perdidas de ella.
¿Cuántos años son ya? He perdido la cuenta que siempre estuve dispuesta a pagar.
Eres el jodido amor de la vida de otra
mientras que yo soy el amor de la vida de alguien
que jamás podría ser el amor de la mía.
Somos el único bucle que al parar por mareos vomitamos todo lo que nos estamos dejando.
Ni si quiera me han importado las críticas de la gente que me rodea, porque recuerdo que, hace muchísimo tiempo, alguien que ya no está me dijo que aquello que me saliera de dentro no sería jamás un motivo para arrepentirme, independientemente de que saliese mal o bien, pero siendo justo lo que necesitabas hacer.
Por eso sé que hay cosas de las que uno no siempre se arrepiente.
Soy consciente de que te he escrito muchas veces que me iba como también sé que no me he ido ninguna. Así que esta vez para qué voy a engañarme de nuevo. Merece más la pena reconocer que pese a todo quiero segur aquí. Antes que escribir un adiós sabiendo que en cualquier momento te diré hola de nuevo. Como siempre y como nunca debí hacerlo.
Ahora le quito los pétalos a todo porque me has acostumbrado tanto a las espinas que me he enamorado del olor a dolor que dejan en mí al cogerlas.
Soy una puta marioneta y tú un puto títere permitiendo que las ganas nos manejen a su antojo. Dejémonos llevar.
Te hago libre y lo que tú quieras. En cambio tú a mí, hasta cuando me encarcelas, siento que puedo volar con esas alas que te corta ella; porque esas son las mismas que te intento arreglar. Cuestes lo que me cuestes.
Eres la herida que no quiero curarme y la cicatriz que enseño con orgullo. Ahora solo me queda esperar y que entiendas que mientras ella te dispara yo intento enseñarte a disparar.
Te quiero,
pero, sobre todo,
te quiero feliz.
No hem oblidat
Las cosas van a mejor. En realidad no, pero me da igual, es suficiente. Hace una semana y pico hice la tremenda gilipollez de mandarle un correo a la persona que me ha estado ayudando desde hace meses de manera involuntaria. Y hoy he recibido respuesta. Una simple respuesta que me ha dado los ánimos suficientes para seguir haciendo lo que sea que quiero hacer.