Y perderme en brazos de quien quiera encontrarme

Quería pedir disculpas, ¿quién tiene?

Lo siento. Lo siento muchísimo. Espero que muchos de vosotros lo sintáis también. Solo sintiéndolo quizá podríais llegar a entenderme un poco.

No quiero unas disculpas aceptadas. Pero tampoco ser rechazada.

Pero perdóname tu. Sobre todo tú. Yo no puedo hacerlo. Sé mentirme de puta madre escribiendo aquí un «se acabó». Y volver a los días para escribir que no, que no te he olvidado, que sigo esperando a que un día me hables en singular o al menos no en plural refiriéndote a ella.

Te quiero feliz.

Te quiero, feliz.

Aunque sea con otra, pero sonriendo siempre. Por mí no te preocupes, ya me encargo yo de saber llevarme a otro sitio en el que no estés tú. Te prometo que no te pediré que me prometas algo, pero sí prometo que cumpliré aquello que ni si quiera me has pedido que te prometa.

Sigo pensando que aquello que nunca empieza suele ser lo que más dura. Y nosotros no estuvimos ni en el prólogo, por tanto espero no tener final, aunque ni si quiera tengamos principio (s).

Pero… ¿sabes? Siento constantemente esa necesidad que tienes de necesitarme algunas veces. Cuando de vez en cuando vuelves y nos pasamos horas y horas y horas mirando nuestra ciudad desde lo más alto. Hablando sobre cosas que no podremos pasar juntos, pero que disfrutamos cuando las imaginamos. Cuando me repites que ojalá nada fuese como es y yo te repito que ojalá todo fuese como los dos queremos que sea. O cuando me pides que no llore y yo que sonrías. Hasta que amanece y te veo dormido mientras tu móvil no lo hace con 18 llamadas perdidas de ella.

¿Cuántos años son ya? He perdido la cuenta que siempre estuve dispuesta a pagar.

Eres el jodido amor de la vida de otra

mientras que yo soy el amor de la vida de alguien

que jamás podría ser el amor de la mía.

Somos el único bucle que al parar por mareos vomitamos todo lo que nos estamos dejando.

Ni si quiera me han importado las críticas de la gente que me rodea, porque recuerdo que, hace muchísimo tiempo, alguien que ya no está me dijo que aquello que me saliera de dentro no sería jamás un motivo para arrepentirme, independientemente de que saliese mal o bien, pero siendo justo lo que necesitabas hacer.

Por eso sé que hay cosas de las que uno no siempre se arrepiente.

Soy consciente de que te he escrito muchas veces que me iba como también sé que no me he ido ninguna. Así que esta vez para qué voy a engañarme de nuevo. Merece más la pena reconocer que pese a todo quiero segur aquí. Antes que escribir un adiós sabiendo que en cualquier momento te diré hola de nuevo. Como siempre y como nunca debí hacerlo.

Ahora le quito los pétalos a todo porque me has acostumbrado tanto a las espinas que me he enamorado del olor a dolor que dejan en mí al cogerlas.

Soy una puta marioneta y tú un puto títere permitiendo que las ganas nos manejen a su antojo. Dejémonos llevar.

Te hago libre y lo que tú quieras. En cambio tú a mí, hasta cuando me encarcelas, siento que puedo volar con esas alas que te corta ella; porque esas son las mismas que te intento arreglar. Cuestes lo que me cuestes.

Eres la herida que no quiero curarme y la cicatriz que enseño con orgullo. Ahora solo me queda esperar y que entiendas que mientras ella te dispara yo intento enseñarte a disparar.

Te quiero,

pero, sobre todo,

te quiero feliz.

tumblr_nrbwnzsm0R1rojuj3o1_500

Deja un comentario